Alan Thompson, de 61 años de edad, se encontraba a unos 1.000 kilómetros de las costas de las Bermudas el sábado cuando resultó herido al caerse en su barco, el Padolu.
Sin embargo, en lugar de lanzar el tradicional SOS, tomó su teléfono por satélite para llamar al propietario del Bull's Head, un pub de Fishbourne, cerca de la ciudad de Southampton (sur de Inglaterra), donde acostumbra a ir.
"Nos ha llamado para decir que tenía problemas, ha dicho que estaba sobre el puente del barco y que se había caído", contó el gerente del pub, Roger Pocock, citado por el diario The Guardian.
"Es evidente que estaba sufriendo", continuó. "No sé por qué no lanzó un SOS, puede que no quisiera desencadenar una alerta muy grande", consideró.
Pocock alertó inmediatamente a los guardacostas de Falmouth (suroeste de Inglaterra), que coordinaron las operaciones de salvamento en cooperación con sus homólogos estadounidenses. Un petrolero acudió al lugar para prestar socorro al navegante.
Alan Thompson, un marino experimentado, volvía de Florida a bordo del velero que acababa de comprar, y en un primer momento se negó a abandonar el barco porque éste no estaba asegurado, según el Guardian.
El barco, abandonado en medio del Atlátnico, irá a la deriva y llegará o hacia las costas estadounidenses o, con un poco de suerte y la ayuda de la Corriente del Golfo, hacia las islas británicas, según el portavoz de los guardacostas.
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