El padre Nickolai estaba delante de las cámaras de la televisión local frente a Studio 74, en la ciudad rusa de Chelyabinsk, convencido de que aquello era, tal y como le habían asegurado los dueños, una escuela de ballet, según publica El Día.
Cuando ya había bendecido el local y era tarde para echar marcha atrás y llevarse el agua bendita, descubrió que se trataba de un club de striptease. El sacerdote ortodoxo alegó que desconocía que se trataba de un local en el que las mujeres "se desnudan a cambio de dinero".
La portavoz del local, Anna Usmanova, presume de que "desde que se llevó a cabo la bendición" ha crecido el número de clientes y se excusa en que ellos sólo "querían mejorar la atmósfera y hacer las cosas un poco más positivas" tal y como recogen medios locales.
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