Si tiempo atrás todo parecía indicar que
El Hobbit, precursor de la trilogía de El Señor de los Anillos, no se rodaría porque la familia no quería ofertar sus derechos, ahora, después de varias noticias que parecían indicar lo contrario, todo vuelve al estado inicial. ¿Por qué? diréis. Pues porque los herederos del escritor, junto a la casa editorial HarperCollins, han interpuesto una demanda contra New Line por el impago de la parte correspondiente de los beneficios de la primera trilogía. Según ellos, Tolkien Trust, una fundación benéfica, debería haber percibido un porcentaje de los 6000 millones de dólares recaudados hasta la fecha, cosa que según parece, no ha sucedido.
Los herederos exigen una compensación de 150 millones de dólares y se reservan la posibilidad de cancelar cualquier cesión de derechos, incluida la de El Hobbit, con New Line.
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