Tradicionalmente este gesto es un signo de buena suerte muy extendido en el país, lo que correspondería a la expresión “tocar madera”, así que ahora los supersticiosos deberán cuidarse mucho de desearse suerte, porque tocarse ciertas partes delante de la multitud puede costarles una multa no despreciable.
Ya hay un primer damnificado, un mecánico que ha tenido que pagar dicha cantidad a pesar de que su abogado aseguraba que simplemente se estaba ajustando su mono de trabajo. La justicia italiana lo tiene claro: “Tocarse los genitales en público es un signo de mala educación y debe ser considerado en contra de la decencia”. La próxima vez que se crucen con un coche fúnebre mejor será que salgan corriendo.
Joder, yo conozco a uno que no para de rascarse LOS HUEVOS!!
ResponderEliminarDe esos hay muchos por ahí...
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